viernes, 4 de febrero de 2011

Una familia mexicana


Vivo en una familia mexicana que encaja perfectamente en el estereotipo:
Mi madre se encuentra en el dilema de la liberación femenina en donde puedes trabajar y mantener un hogar... pero al mismo tiempo no puede olvidar la forma machista y católica en la que se le crió.
Este modus vivendi machista no solo me afecta a mi (a la hora de las labores y de vivir) , también afecta al vástago que parió y de quien tanto esta orgullosa. El muchachito, pequeño infante de tan solo 26 años es un completo inútil, es lo que en este pais se llama "nini" (ni estudia ni trabaja).
Mi padre, por su parte, es también parte del modelo mexicano : no existe compromiso emocional con su prole, cree que la manera de colaborar es hacer destrozos en la casa los fines de semana y bueno, es un padre periférico.
¿Y yo? Yo estoy condenada a formar parte de un sistema obsoleto y enfermo que no permite la libertad de elegir de que manera vivir ni actuar de acuerdo al pensamiento propio y claro, darle de cenar al padre periférico, limpiar las marranadas que haga el hijo favorito, aguantarse si este se atraganta con mi ración de desayuno, tener más responsabilidades, cuidar mi dignidad, no tener derecho a exigir libertad (y no me refiero a la libertad que piden los chavales cuando quieren salir de parranda) y cuidar de la señora, que aparte de enferma emocional y mental, esta enferma físicamente.


1 comentario:

J.P. Medina dijo...

Cada familia es un cancer y cada individuo se forma (des)graciadamente por culpa de los estatutos morales y seudo-culturales del país de origen.

Leyendo alguna vez entendí que mientras en Mexico las familias son obsesivamente dependientes de las mismas (no siempre de forma sana); en otros lados como Estados Unidos, la familia sabe bien que la familia esta en donde le plazca. Aunque hay bastantes parentescos tambien, por supuesto.

Algún dia, en algun futuro proximo o lejano, usté' podrá tomar valor y hacer lo que muchos no hacen. Irse y enfrentarse al mundo sin pensar en que el carnal ya no tendrá comida que robar.

Y ya lo sabe, siempre estaré ahi para apoyarla.

Salud.