Al fin murió la abuela

Hacia un año o quizás un poco más que le encontraron cáncer avanzado. Metástasis era la palabra de sentencia - al menos en los que contaban con la inteligencia suficiente como para comprender que era algo terminal-, solo se podía esperar y desear que no sufriera demasiado.
Lamentablemente, los muchos hijos que parió no entendían de muerte, de resignación y del buen morir. La asfixiaron, la inutilizaron desde la noticia, la utilizaron como estandarte para los baños de pureza, para delimitar territorios...
Yo no la quería como a una abuela, no era de las que te trataba bien o estaba orgullosa de ti, ni siquiera me reconocía como de la familia ; pero  yo entendía que ella era un ser humano con derechos y libertades.

Todos sabemos que estas cosas te acaban, te quitan el brillo de los ojos, la energía del cuerpo, el funcionamiento vital. Cuando ella lo sintió fue cuando pidió que la dejaran morir. Ya no quería sufrir.
Me cuesta entender tanto egoísmo, debería ser ilegal mantener a alguien en agonía por semanas, cuando su cuerpo ya no cumplía con las funciones más básicas -ella estaba descomponiéndose en vida, y le dolía- Pero ellos no quisieron entenderlo.
Ese sábado que terminó todo, no lloré, me alegré por ella,ahora que por fin se libró de los vástagos que  buscan cómo disputarse la propiedad en donde dio su último suspiro, uno de alivio.