
Gracias a que perdí el último paragüas que quedaba en casa, la lluvia me dio una buena revolcada dos veces seguidas. Leer Rayuela me convierte en un monstruo atento a esos detalles que diariamente se me pasan, un minuto, dos minutos, cinco minutos, quince minutos ¡joder con el bus! Llegué tarde de nuevo. Día perdido, vagar por la calle, Rayuela sigue dando vueltas en mi cabeza... irónicas coincidencias, pasa un un bus a toda velocidad, luchando contra el tiempo, me salpica al pasar. Entro a un bazar de libros, inspecciono el caos, compro Santa. Al pasar de regreso a la parada, observo un gordo gato manchado en el puesto de periódicos. El gato usa un chaleco rojo, tejido a mano. Envidio por un momento al gato y continúo mi trayecto a la parada. Espero el bus, maldito bus, jodido bus, hijueputa bus. Nunca estás cuando te necesito.
3 comentarios:
ya no cuentas nada, se te echa de menos
seee apoyo al de arriba
ya no cuentas nada ¬¬
Ooops, sufro del transtorno de la madre desconsiderada que siempre abandona a su pobre criatura.
Pobre blog mio. :'(
Publicar un comentario